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Cinco sitios por descubrir en Colombia

Con la firma del tratado de paz en Colombia, nuevos destinos aparecieron como opciones para conocer en el país. Son sitios que antes estaban vedados, pero que hoy comienzan a resurgir y que se erigen como ideales para los que buscan rincones inexplorados. Hay varios y desde la Revista Viajando seleccionamos cinco, incluyendo mágicos ríos, la selva profunda y playas de belleza única.

Colombia es un país enorme y diverso. Muchos de sus destinos más sorprendentes, sin embargo, fueron hasta ahora poco explorados por el turismo nacional e internacional. De la mano de nuevas opciones de conectividad y el proceso de paz que atravesó el país, se abrieron en su territorio nuevos destinos para descubrir. Aquí les presentamos cinco de ellos.

-Caño Cristales. Un río de aguas transparentes que transcurre sobre un lecho de increíbles colores y da al paisaje tintes inverosímiles. Este rincón escondido de Colombia, recientemente descubierto por el turismo, se llama Caño Cristales. Se encuentra en el municipio de La Macarena, población del departamento del Meta, a 225 km. de Villavicencio y a menos de 500 km. al sur de Bogotá. Y es conocido como “el río más hermoso del mundo” o “el río de los cinco colores”.

La singularidad de este arroyo, que no supera los 20 m. de ancho, está dada por los miles de algas coloridas que crecen en su rocoso lecho. Se trata de una planta llamada Macarenia clavígera, que cada año florece durante el invierno estallando en tramos rojos, verdes, y otros amarillos, blancos y fucsias. El colorido cauce transcurre entre cascadas y pozos, con tramos espectaculares que reciben diferentes nombres de acuerdo con sus características. Está, por ejemplo, “El Tapete Rojo”, sector amplio y bajo, completamente cubierto de vegetación de intenso color; o el conocido por el nombre de “Los Ochos”, donde las aguas entran por inverosímiles túneles naturales.

Debido a las condiciones naturales, la temporada para viajar a Caño Cristales va de junio a fines de noviembre, época en que el colorido del río muestra todo su esplendor.

-Playas de La Guajira. La Guajira es una península que se adentra en el mar Caribe, al norte de Colombia, en el límite con Venezuela. Sus paisajes desérticos con grandes dunas, sus pueblitos de pescadores y la cultura indígena, convierten al estado en un sitio interesante para los viajeros que buscan algo realmente diferente.

La capital del estado es Riohacha, desde donde se pueden visitar espectaculares playas, entre las que destaca el Cabo de la Vela. Para conocerlo conviene tomar una excursión con guías locales que llevan a los viajeros en 4x4, en una travesía de más de dos horas por bellísimos paisajes. Allí, el desierto se adentra en un mar calmo y sin olas en un entorno ideal para el relax y el contacto con la naturaleza. Un poblado de una sola calle invita a pasear, aunque también es imperdible apreciar el atardecer desde el faro, o hacer una caminata hasta el Pilón de Azúcar. La pequeña colina puede subirse en una caminata de unos 15 minutos y, desde lo alto, es posible apreciar una increíble vista, además de visitar el altar dedicado a la Virgen de Fátima. Quienes estén interesados en conocer algo más de la cultura de la zona, pueden visitar un poblado de la etnia wayúu para conocer sus danzas típicas y artesanías locales.

Quienes dispongan de más tiempo deberán conocer Punta Gallinas, el paraje más septentrional de Sudamérica. Allí un pequeño faro señala el extremo norte del continente, mientras que las altas dunas color ocre invitan a rodar y caen a pique sobre un mar verde azulado.

Los amantes de la naturaleza deben visitar también el Santuario de Fauna y Flora de los Flamencos, con cientos de estas aves que buscan su alimento en el río Camarones.

-Costas del Pacífico en Chocó. Al noroeste de Colombia, Chocó es el único departamento en este país con costas sobre el Pacífico y el Caribe. En su territorio se encuentran destinos de gran belleza, aunque poco frecuentados por el turismo internacional. Si se trata de conocer la asombrosa costa del Pacífico, la recomendación es comenzar por Bahía Solano, conocida como la ensenada más hermosa de Colombia. En su paisaje singular la selva tropical se funde con las montañas y el mar en una postal de gran belleza. Desde allí salen excursiones para avistar ballenas yubartas, que llegan a estas costas entre agosto y octubre, además de delfines y tiburones; sin olvidar a las tortugas marinas, cuya temporada de avistamiento va de julio a noviembre. Entre sus playas destaca El Almejal, con fuertes olas, ideal para los que aprecian los sitios poco poblados y el contacto con la naturaleza.

Cerca de allí, una visita imperdible es al Parque Nacional Natural Ensenada de Utría, donde se dice que anidan unas 300 especies de aves, además de murciélagos y ranas de colores.

Finalmente, Nuquí es el sitio perfecto para terminar una recorrida por Chocó. Las selvas tropicales se mezclan con un mar de grandes olas y fuertes corrientes en playas extensas e ideales para el descanso. Playa Terquito, Terco, Río Termales, Pico de Loro, Pela Pela, El Chorro, Playa Brava y Juan Tornill son algunas de las más buscadas.

-Selva del Amazonas. Leticia es la capital del departamento del Amazonas, el mayor de Colombia, con 109.665 km². Accesible por vía aérea o acuática, la ciudad es la puerta de entrada a la porción colombiana de esta imponente selva tropical donde la naturaleza se expresa de manera abrumadora. Es también una ciudad multicultural, enclavada en la triple frontera, donde Colombia se toca con los territorios de Perú y Brasil. Desde la vecina brasileña Tabatinga, que en realidad conforma una sola urbe con Leticia, se puede realizar travesías en barco hasta Manaos.

Los paseos embarcados por el Amazonas son una experiencia realmente inolvidable: surcar sus imponentes aguas, comer frutas tropicales directamente desde el árbol, ver pirañas y delfines rosados y aprender algo sobre la flora y fauna de este ecosistema único de la mano de expertos guías locales, es un recuerdo que se conserva toda la vida.

Una visita imperdible es la de Puerto Nariño, un pueblo a orillas del río Loretoyacu por el que no circulan automóviles. Allí se pueden apreciar los lotos gigantes del Amazonas, o ver a los famosos delfines rosados en las aguas dulces del lago Tarapoto.

En la isla de los micos (a 35 km. de Leticia, que se cubren en lancha en 45 minutos) los turistas caminan por senderos mientras aprenden sobre las diferentes especies de monos que viven allí, los alimentan y pasean en canoas apreciando como los locales llevan a cabo la pesca artesanal.

Casas flotantes, mercados en los que las frutas parecen multiplicarse al infinito, y una riquísima cultura indígena presente a cada paso, completan los atractivos de esta interesante región.

-Los paisajes de Guaviare. San José del Guaviare se encuentra en los límites entre los Llanos Orientales y la selva del Amazonas. Con una temperatura promedio de 25ºC, es capital del departamento del Guaviare y la puerta de entrada para conocer la biodiversidad y la riqueza cultural de la zona. Bosques, sabanas, ríos, pinturas en la piedra que tienen más de 1.000 años y la cultura viva de las etnias indígenas –entre ellas, tribus que hasta hace pocos años no habían tenido contacto con el resto del mundo– forman parte de su poco conocida riqueza.

El cerro Azul, a 47 km. de la capital departamental, es una de las visitas imperdibles: allí, a unos 200 m. de altura, se aprecia un extenso conjunto de pictogramas de color rojo grabados sobre la piedra por tribus indígenas hace más de 1.000 años. Se trata de más de 4.000 pictogramas, que integran uno de los conjuntos más grandes del mundo en su género.

También desde la capital se puede visitar la Ciudad de Piedra, con antiguas rocas que se distribuyen de manera curiosa sobre el terreno formando una especie de ciudad. Algunas de estas rocas parecen desafiar la gravedad, mientras que otras también conservan jeroglíficos. Otra curiosa formación es la conocida Puerta de Orión, una roca semicircular de 12 m. de altura, con varios laberintos y cornisas.

Paseos en kayak, visitas a pozos de origen natural y recorridos por curiosos ríos coloridos son otras de las opciones que ofrece la región.

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