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Panamá

Un enclave para quitarle el velo despaciosamente

En poco tiempo, esta región fue redescubierta por locales y visitantes, a partir de su exuberante naturaleza en combinación con sus playas de ensueño. Para incursionar en el Caribe panameño, nada mejor que comenzar por la ciudad de Colón: localizada en la costa atlántica, a una hora y media de Ciudad de Panamá por autopista, es la terminal del canal de Panamá y del Ferrocarril Transístmico. 

Hace unos 20 años, el Caribe panameño constituía un auténtico signo de interrogación para todos los que se acercaban a este destino. Pero en la actualidad, viajeros, surfistas y aventureros de todo el mundo encuentran en destinos como Bocas del Toro, San Blas, y muchos otros, un paraíso de aguas cristalinas, con flora y fauna exuberante, pero también con una riqueza cultural que se preserva a pesar de una ola turística que crece y se desarrolla cada vez con más fuerza.

El Caribe panameño se nos presenta como un sinfín de islas que emergen del mar, donde conviven especies como osos perezosos, monos variopintos y delfines, y donde también los indígenas preservan sus tradiciones.

Para incursionar en el Caribe panameño, nada mejor que comenzar por la ciudad de Colón: localizada en la costa atlántica, a una hora y media de Ciudad de Panamá por autopista, es la terminal del canal de Panamá y del Ferrocarril Transístmico.

Entre otras múltiples bellezas, Colón ostenta infinitos recursos naturales, como sus arrecifes coralinos y reservas forestales.

También allí se encuentra la Zona Libre de Colón, que recibe a miles de visitantes al año. Sus compradores aprovechan los servicios y facilidades ofrecidas para la importación, almacenamiento, montaje, reempaque y reexportación de productos de todo el mundo, entre ellos aparatos electrónicos, perfumes, ropa, zapatos, joyas y juguetes. Los turistas que deseen realizar compras libres de impuestos en este pilar de la economía panameña podrán hospedarse en alguno de los hoteles que ofrece la ciudad de Colón y realizar los trámites de entrada con su pasaporte.

Colón cuenta además con otros atractivos, como múltiples sitios históricos, así como las esclusas de Gatún y las nuevas esclusas de Agua Clara del Canal Ampliado.

Ubicada en la costa de la provincia de Colón, la playa Damas es un enclave muy popular entre lugareños y turistas. Cuenta con casas de verano disponibles para alquilar y sitios específicos en playas y selva para hacer campamento. Sus aguas claras y arrecifes coralinos la convierten en un lugar perfecto para actividades como el buceo y el esnórquel. Es importante mencionar que este enclave no cuenta con agua potable disponible, por lo que se recomienda llevar la propia.

NATURALEZA E HISTORIA SE CONJUGAN EN PORTOBELO.

Muy cerca de allí también es posible hacer un recorrido en contacto con la naturaleza y la historia en las márgenes del Parque Nacional Portobelo. Se trata de un área protegida donde se concitan el bosque húmedo tropical con el mar, en una superficie de más de 34 mil ha., de las cuales más del 20% es área marina. En sus aproximadamente 70 km. de costa se despliegan extensas playas de aguas cristalinas, que se han convertido en uno de los sitios más visitados por quienes practican buceo.

Durante la época colonial, Portobelo se destacó como una de las poblaciones más importantes de América por su uso como puerto natural para el traslado de riquezas hacia Europa, procedentes de la conquista de América del Sur. Sus muros guardan el recuerdo de una ciudad que albergó a grandes personalidades del mundo comercial, cultural y político de la época imperial española. Allí es posible recorrer antiguas edificaciones en ruinas, como los fuertes de Santiago de la Gloria, San Jerónimo, San Fernando y San Fernandino; la iglesia de San Juan de Dios, actualmente restaurada; y el Convento de los Padres Mercedarios. En este sentido, vale aclarar que, por su riqueza histórica, Portobelo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.

También es recomendable hacer una pasada por el Fuerte San Lorenzo. Denominada “el guardián del Chagres”, esta fortificación tuvo como principal objetivo cuidar el paso seguro de las riquezas provenientes de Perú, que eran trasladadas por esclavos y a lomo de mulas hasta el puerto de Venta de Cruces, para proseguir luego por el río Chagres.

El recorrido hasta San Lorenzo atraviesa las esclusas de Gatún del canal de Panamá, y ofrece vistas del Fuerte Sherman, una exbase militar rodeada por una espesa selva rica en diversidad de especies.

Además de visitar las ruinas de este sitio histórico, los turistas pueden realizar actividades como avistamiento de aves, buceo y kayak.

Dentro del Parque Nacional Portobelo también se ubica Isla Grande. Se trata de una escapada popular para residentes de la ciudad capital durante los fines de semana, pero también un enclave con una riqueza cultural y una calidad gastronómica tal que atrae a una multiplicidad de turistas en busca de relax. Isla Grande ofrece la posibilidad de descansar en adecuados hoteles y alojamientos, así como realizar actividades, entre las que se destacan la pesca deportiva, esnóquel, buceo y surf.

Otros sitios que merecen una visita son:

• Playa La Angosta: es una de las playas más populares de la provincia y muy concurrida, en especial los fines de semana. Con olas pequeñas, se asemeja a una gran piscina rodeada de árboles y palmeras.

• Palenque: un hermoso y tranquilo poblado, con todas las características del Caribe: brisas, palmeras, arena dorada y aguas color esmeralda.

• Playa María Chiquita: se trata de una playa muy visitada por los amantes del surf.

BOCAS DEL TORO, UN PARAÍSO SOBRE LA TIERRA.

En el extremo occidental de la región caribeña de Panamá se localiza otro sitio de visita obligada: Isla Colón. Allí se erige la ciudad de Bocas del Toro, capital de la provincia y famoso destino turístico, poblado de restaurantes, bares, hoteles y hostales usualmente frecuentados tanto por mochileros como por surfistas internacionales.

El ambiente tropical invita a recorrer la isla en bicicleta, así como practicar deportes acuáticos y nadar en las cristalinas aguas de sus playas. Hasta aquí se puede llegar diariamente en avión, desde Ciudad de Panamá, al aeropuerto local; o bien en ferry, desde el puerto localizado en Almirante, en tierra firme.

Bocas del Toro invita a descubrir hermosas islas con aguas turquesas, playas solitarias de arena fina y blanca, palmeras, y una selva tropical abundante que es hogar de una vasta diversidad de animales. Pero también es asentamiento de una rica vida plena de propuestas, con una gran variedad de restaurantes con gastronomía al mejor estilo caribeño, bares y mucha actividad nocturna.

Como un baúl que atesora joyas de todo tipo, Bocas del Toro va desplegando poco a poco su artillería de bellezas inigualables. Comenzando por Red Frog: situada en el lado oriental de la isla Bastimentos, frente al mar Caribe, debe su nombre a las pequeñas ranas rojas que habitan en los alrededores de la playa. La mayoría de los turistas que buscan recorrerla y visitar las islas aledañas toman un paseo en taxi acuático desde el pueblo de Bocas del Toro. Animales exóticos, mamíferos, reptiles y aves se entremezclan con una vegetación abundante para crear un ecosistema único, que convierte a Red Frog en una localidad diferente a otros destinos de playa.

Ubicado en las cercanías de Bocas del Toro, Cayo Coral es un destino tropical a 20 minutos de viaje en barco desde Isla Colón. Dado que carece de corriente eléctrica, esta característica lo convierte en un excelente lugar para descansar y relajarse en sus cabañas, alejadas del mundo moderno.

Este paraíso cuenta con magníficos arrecifes de coral que hacen de alternativas como el buceo una experiencia única. Una de las actividades predilectas por los turistas que visitan este lugar es realizar una caminata por senderos que conducen a la playa Estrella. Al llegar a ella es posible disfrutar de una inmejorable vista y tomar un baño en sus cálidas aguas, con una multiplicidad de estrellas de mar a nuestro alrededor.

El Parque Nacional Isla Bastimentos, en tanto, se caracteriza por sus bosques, manglares, pantanos, arrecifes de coral y bucólicas playas. Los turistas encontrarán en este paraíso escondido albergues ecológicos que invitan a relajarse y disfrutar de la naturaleza que los rodea. Además, según narran las leyendas, el pirata Henry Morgan escondió en este mágico sitio su incalculable tesoro.

Por último, localizado a pocos kilómetros del centro de Isla Colón, Boca del Drago es una de las paradas obligadas en las excursiones en lancha que parten del pueblo de Bocas del Toro. Es una playa placentera de hermosos paisajes, con cabañas para hospedarse y restaurantes con exquisitos platos típicos de la cocina caribeña.

LA FRUTILLA DEL POSTRE: GUNA YALA.

El recorrido por el Caribe panameño se completa con una incursión en Guna Yala. Para arribar a este punto es posible tomar un vuelo directo desde Ciudad de Panamá, o bien a través de una carretera, en medio de la selva exuberante hasta la cordillera, desde donde será posible avistar el hermoso archipiélago del mismo nombre. Se trata de un paraíso natural escondido en la costa caribeña, con 370 islas de base coralina, entre las que se destacan Isla Aguja, Perro Grande, Pelícano, Perro Chico, Wailidub y Corbisky.

Guna Yala también es el hogar del grupo indígena guna, cuyos integrantes se han encargado de preservar su cultura y tradiciones, además de proteger la riqueza natural de la zona. En este paradisíaco enclave los turistas pueden escoger entre hospedarse en hoteles, o bien en alojamientos ecológicos construidos por los locales. En materia de gastronomía, los restaurantes ofrecen platillos tradicionales, la mayoría a base de mariscos.

Bucear, nadar, disfrutar del sol y relajarse con la belleza del paisaje son algunas de las actividades favoritas de los visitantes. La forma más común de moverse en el archipiélago de San Blas es navegando entre islas. Por ejemplo, desde Puerto de Cartí una de las alternativas es tomar una lancha que transportará al visitante a cualquiera de las hermosas playas de extraordinaria belleza natural que abundan en la zona: de arena fina y blanca y aguas cristalinas, ideales para practicar esnórquel y apreciar una variedad de arrecifes de coral, así como abundante vida marina.

Otro de los atractivos preferidos por los turistas es nadar en una de las tantas piscinas naturales que se conforman en los bancos de arena en medio del océano, donde abundan estrellas de mar, mantarrayas y delfines, o navegar hasta Cayos Holandeses para avistar ballenas y tortugas.

Por último, es aconsejable contemplar de cerca las tradiciones y costumbres propias de la etnia guna en la sencillez diaria de sus vidas. Tal es el caso de las llamativas mujeres gunas, vestidas con sus atuendos típicos hechos a mano –como la famosa e internacionalmente conocida mola–, con adornos de oro y chaquiras en sus cuellos, brazos y tobillos.

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